Del río Amakran al Manzanares
Memorias de un sobreviviente
En mi búsqueda sobre lo que es un libro de memorias, me aparece que es 
 una oportunidad importante para dar valor a la experiencia, al esfuerzo, a 
 la trayectoria, a los logros y a la capacidad de vencer dificultades. La verdad 
 es que no era ese mi objetivo cuando inicié la redacción de estos episodios 
 que tienen ustedes entre sus manos y que son, en parte, fruto de la pandemia 
 y del envite de algún amigo. No quería resaltar ninguna experiencia, ningún 
 esfuerzo, ni logro ni capacidad. Sí relatar una trayectoria, unos sucesos, algún 
 que otro hecho, a veces dramático y a veces tan penoso que nos produce la 
 carcajada más escandalosa y ruidosa. 
 Realmente, ya superados los setenta años, puedo asegurar que no tengo ni 
 he tenido nunca muy buena memoria. La justa para ir tirando. Pero le suceden 
 a uno cosas y la vida nos pone a veces ante situaciones tan ridículas, que se 
 nos hace difícil olvidar ciertos momentos porque nos avivan sentimientos tan 
 propios como vitales. 
 Aquí encontrarán de todo: bueno, regular y malo. Es como la vida misma. 
 Piensen en su trayectoria y verán que la mía no ha sido diferente ni extraordinaria, 
 pero, eso sí, ha sido auténticamente mía como exactamente es y será la suya. 
 Servidor siempre ha escrito artículos y reportajes periodísticos, opiniones 
 sobre política, cultura y noticias para un diario, telediario o blog e infinidad 
 de investigaciones académicas sobre comunicación y tan solo cuatro relatos 
 cortos: Viaje al pasado; Domingo, seis de la tarde; Viajar en Club y Cualquier 
 tiempo pasado pudo ser mejor. Para ello, la memoria nunca fue un elemento 
 intrínseco, aunque por coincidencia en dos de los escritos encontremos la 
 palabra pasado, mientras en otros dos se repita el hecho de viajar. Así pues 
 les deseo un agradable viaje leyendo estas memorias. 
 El autor
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